A MI MADRE

Hace unos 4 años, mi mamà me visitó aquí en Cancún por última vez. Con ésto no quiero decir que mi mamá ya murió. No. Lo que quiero decir es que debido a su condición mental, es practicamente imposible que mi madre me visite otra vez.  Mi mamá tiene Alzheimer.

Recuerdo aquella última vez cuando un día mi madre casí quema mi casa al olvidar que tenía algo en la lumbre y no fue sino hasta que la casa estuvo envuelta en humo que ella se dió cuenta de lo que sucedía. Yo no estaba en casa, de haberlo estado, eso no hubiera sucedido.

Recuerdo aquella última vez cuando un día mi mamá me dijo que iba al Oxxo que se encuentra en la esquina de mi casa. Pasó una hora y media interminable hasta que la encontré llorando en un Chedraui pues no pudo encontrar el camino de regreso a casa.

Recuerdo aquella última vez cuando un día regresé a mi casa proveniente del trabajo y sorpresivamente me encontré a mi mamá charlando animadamente  en la sala con 7 señoras totalmente desconocidas.  Al llegar, las más sorprendidas fueron las señoras cuando lo primero que hice fue despedirlas amablemente. Intenté en vano hacerle ver a mi mamá lo peligroso que es el dejar entrar a la casa a gente extraña. ¿Que puede pasar? Preguntó ella. Son señoras y "no traen ni antifaz ni cuchillo" fue su mejor razonamiento.

Tardé en darme cuenta de lo que sucedía dentro de su mente. La gota que derramó el vaso fue cuando después de casi un año de estar conmigo, llegó la hora de que se marchára de regreso con mis tías, familiares con quienes vivía en aquel entonces.  La llevé hasta la sala de abordaje, le díje que no se preocupara, que en Guadalajara ya la estarían esperando al pié de la escalerilla del avión. Le dí su bendición, ella me dió la mía y nos despedimos. Al llegar a mi casa de regreso del aeropuerto, mi teléfono sonaba, al contestarlo me respondió un agente de Magnicharters pidiéndome que fuera por mi mamá ya que ella se negaba a viajar y sólo pedía "que me lleven a mi casa".

Triste historia. Sobre todo después de haber conocido el caracter fiestero, alegre y amoroso de mi madre.  Un verdadero as de la cocina. No había celebración familiar importante, donde mis demás familiares no le pidieran a mi mamá que les preparára algo. Paella, Mole hecho en casa desde cero, con pepitas, naranja, almendras etc. Pozole, Menudo, y toda clase de delicias que mi madre preparaba y que todos en la familia alabábamos y disfrutábamos enormemente.

Su caracter amiguero y feliz la hizo una mujer con pocos amigos pero de esos amigos que si están presentes en las buenas y en las malas. Mi mamá supo ganarse a todos con su caracter y sus habilidades culinarias. Muy triste es el fin de mi madre! Ella sigue presente físicamente, pero mentalmente no. Ella ya no me reconoce y niega alguna vez haber tenido hijos. Tuvo dos. Que triste es tener un cuerpo 100% funcional pero no una mente para regirlo.

Que difícil es querer verla pero saber que al verme ya no habrán esos besos, esos abrazos y ese júbilo de ver a su único hijo después de un largo periodo. Que triste es no poder gozar de sus guisos y sus consejos! Ni de su risa ni sus regaños! Que triste!

Madre mía, lamento muchísimo ésta enfermedad que te aqueja! Daría mi propia vida por evitarte este sufrimiento, que aunque me aseguran que tu no sufres, no deja de dolerme el verte así. Te extraño tanto, mami! Y siento que aunque aun vives, de cierta forma, ya te perdí.

Gracias por darme la vida y por dar tu mejor esfuerzo para guiarme por el camino del bien. Intentaré honrarte a cada momento. 

Gracias por todo! Te amo por siempre!

Tu hijo,

Fabricio.