martes, 17 de mayo de 2011

Eric Bire III

Duermo màs de la cuenta. No quiero estar dentro de ésta realidad, la estoy viviendo y desde hace una semana exactamente no me está sentando nada bien. Por un tiempo quiero escapar, a donde no exista el dolor ni el recuerdo, ni el apego ni la tristeza. A un lugar donde simplemente yo pueda seguir gozando de la inigualable compañía de mi amigo Eric.  Eso es imposible. Pero no dejo de ansiarlo a cada segundo.  

Estos dias, tu ausencia me duele como ninguna otra, mi Eric. Sigo sintiendo ese golpe en el pecho y esa falta de aire cada vez que pienso en ti, mi hermano.  Duermo más de la cuenta, sí, y cada que despierto ansío que sólo haya sido una pesadilla, pero siempre despierto a una dolorosísima verdad que me cáe como balde de agua fría.

¿Como llenar ese espacio que tu dejas, mi hermano? Puedo rezar. Puedo ver las únicas 3 ó 4 fotos de las incontables ocasiones en las que convivimos. Puedo leer tu última carta. Puedo ver las fotos que de Ivana y de mí tomaste. Puedo visitar los lugares a los que tu y yo íbamos juntos. Puedo hablar con tu Malú. Puedo verte diariamente en tu cama de hospital y hacerme a la idea de que aún estás aquí. Sin embargo ese gran espacio no se llena con nada. Al contrario, parece hacerse más grande cada vez. Más real, y conforme pasa el tiempo, y contrario a lo que me dice la gente, más doloroso.

Tu eras mi contacto espiritual, mi hermano. Esas salidas a los cenotes eran mágicas. Esas sentadas alrededor de la fogata hasta el amanecer eran sublimes. Esas pláticas interminables sobre peces, música, la vida, y hasta política, eran enriquecedoras. Siempre gozando enormemente de nuestra mutua compañía.

En los 14 ó 15 años que tengo de conocerte mi Eric, jamás, que yo recuerde, tuvimos una pelea ó discusión. Raro, porque SÍ que eras empecinado. Sin embargo siempre respetábamos nuestras opiniones y jamás queríamos convencer al otro de que lo que uno de nosotros decía, era la única verdad. Cada quien se quedaba con su opinión y a lo que sigue. 

Con toda la sabiduría que portabas, mi hermano, jamás fuiste presumido ó intentaste ser quien no eras. Ahora que lo pienso, jamás te ví de pantalón largo ó de camisa con cuello. Eso habla muy bien de tu sencillez y autenticidad. Siempre siendo tú mismo sin tener que "disfrazarte" sólo para encajar en tal ó cual lugar.  Tus shorts, tu camiseta, tus sandalias, tu paliacate en la frente, tu Combi y después tu Vocho y tu inseparable cangurera, era todo lo que tu necesitabas para navegar por el mundo. Que chingón! Vaya astronauta terrenal!

Pienso en lo que yo, como tu amigo, pude haber hecho para evitar ésta tragedia. Imposible irme a vivir a Tulúm ó Cobá. Imposible estar contigo las 24 horas del día para evitar que algo perjudicial te sucediéra. Aunque no me culpo de tu accidente, quizás el haber estado en contacto contigo más frecuentemente, de alguna forma hubiera ayudado. Una simple llamada para preguntarte ¿Cómo estás? Quizás hubiera cambiado las cosas. Tal vez, de haberte llamado en el día correcto, yo me hubiera dado cuenta de tu estado y te hubiera brindado un sincero consejo al respecto. Tal vez si esa noche yo te hubiera llamado y te hubiera entretenido un segundo de más en el teléfono, esto no hubiera sucedido. El hubiera no existe. Lo más seguro es que,de haberlas hecho, ninguna de mis llamadas hubiera cambiado algo.  Pero esa posibilidad no deja de rondar por mi cabeza.

Hoy, como todos los días, te visitaré de nuevo en el hospital, mi amigo. Te hablaré, te diré mi nombre y te recordaré cuanto te quiero y te extraño, besaré tu mano, te daré tu bendición y me despediré por hoy.

Aunque ya me he despedido de tí como si hubieras partido, no dejo de esperar ese milagro del que tanto me habla la gente.

Un gran abrazo, mi amigo! Seguimos en espera!


Eric sigue necesitando de nuestra ayuda. Donadores de cualquier tipo de sangre, acudir al Hospital General a las 7 am ó a las 2 pm. Decir que van a donar sangre para el Sr. Eric Bire que está en el Hospiten. Una vez que les den el comprobante, favor de llevarlo al Hospiten de Av. Bonampak. Dios se los pague.

1 comentario:

Efren dijo...

"No se ponga triste ante una despedida. Una despedida es necesaria para volver a reencontrarse. Y un reencuentro, después de un momento o después de toda una vida, es algo inevitable si somos amigos de verdad."

Animo : )